Dirigido a todos tipo de equipos, tanto deportivos como empresariales. Que buscan una identidad propia y única como equipo, que buscan ser más conscientes de sí mismos y que están enfocados en lograr objetivos de manera conjunta y coherente.
Se trabaja el equipo como un todo, como un sistema, donde cada uno de los componentes se sienta como un engranaje necesario para la consecución de los logros grupales, donde se tiene un objetivo y un propósito en común.
Por todo ello, tanto si el equipo es deportivo o es empresarial, lo vemos de la misma manera, como un grupo de personas que trabajan por algo en común.

En el proceso de coaching ejecutivo, se acompaña a profesionales en su camino formativo y de desarrollo personal y profesional, con el fin de hacer líderes conscientes, flexibles, ágiles y socialmente comprometidos, gestionando mejor el cambio dentro de la organización, obteniendo resultados no alcanzados con otros métodos.
El profesional busca descubrir las barreras que se pone a sí mismo y la manera de romperlas, conocer dónde quiere ir y como desarrollar el camino para llegar a cumplir ese objetivo.

Se acompaña al deportista para optimizar su rendimiento potenciando sus habilidades, capacidades y, de esta manera, su rendimiento.
El deportista en su día a día compite, contra sus rivales y, sobre todo, consigo mismo. Eso require estar siempre a un 100% de mentalidad competitiva.
Esto provoca que tengan que gestionar tanto el fracaso como el éxito para alcanzar las cotas más altas de rendimiento. Parece más fácil gestionar el éxito, pero de la manera en cómo se gestionen ambos resultados marcará la diferencia para su crecimiento como deportista.
El deportista, como cualquier otro ser humano, está sujeto a la gestion emocional de su día a día (ansiedad, estrés, miedo, euforia, ira, etc.), que puede desvirtuar su capacidad para enfrentarse a la competición.